miércoles, 28 de agosto de 2013

La Charca




Esta mañana he vuelto a la charca donde  tengo montado el “escondite”. Apenas había luz cuando he llagado y después de acomodarme lo mejor posible he esperado al amanecer.
A primera hora ya estaba el Alcaudón Común  Lanius senador  con su numerosa familia enredando por las cercanías. Me he entretenido observándolos hasta que la luz  ha sido “buena” para fotografiarlos.


 

    Al otro lado los ejemplares jóvenes de Herrerillo Común Parus caeruleus, estiraban sus alas y hacían prácticas de vuelo.


La omnipresente Garza Real Ardea cinerea no ha tardado en hacer su aparición  y mientras recorre la charca  buscando el desayuno, ha espantado  a un hermoso Martín Pescador Alcedo Atthis  que ha ido a situarse en el posadero de los alcaudones, muy cerca de mí. 




Por la tarde cambié de lugar y tumbado en el "aguardo" esperé que que las aves se acercasen a beber.
La  Ganga Ibérica Pterocles alchata tardó en aparecer pero al final llegaron. Primero la hembra y luego el macho se fueron acercando a la orilla. No estuvieron mucho tiempo pero el suficiente para realizar alguna toma.



Después llegaron más visitantes: Cigüeña blanca Ciconia ciconia...   



...Cigüeñuela común Himantopus himantopus,

... un diminuto Chorlitejo chico Charadrius dubius,
...varios grupos de Calandrias Melanocorypha calandra
y una solitaria Cogujada común Galerita cristata  que se entretuvo un rato jugando con los insectos voladores.


Al atardecer apareció el  Martinete común Nycticorax nycticorax, dio unas cuantas vueltas alrededor de mí hasta encontrar el lugar adecuado donde ponerse a pescar. Allí se quedó un buen rato hasta que las nubes de una tormenta de verano comenzaron a cubrir el sol.







Salí del “escondite" sin apenas luz, cuando empezaban a caer las primeras gotas de lluvia.

miércoles, 21 de agosto de 2013

LA PICACIÑA, LA ZORRA Y EL ALCARAVÁN



Era una picaciña, como una especie de urraca, que tenía el nido hecho en un
chaparro, en una encina pequeña. Y pasaba por allí tos los días la zorra, y le decía:
–Picaciña, dame un güevito,
que si no, con el rabo,
te tumbo el arbolito.
Pues la picaciña le daba un güevo. Y al día siguiente volvió otra vez la zorra con
el mismo cuento:
–Picaciña, dame un güevito,
que si no, con el rabo,
te tumbo el arbolito.
Y entonces ya un día estaba mu seria, pues ya le quedaba uno solo, y tenía que
venir aquella mañana otra vez la zorra por allí. Y llega, pasa por allí un alcaraván y
dice:
–Picaciña, ¿qué te pasa?, ¿cómo estás tan seria?
Dice:
–Porque me ha dicho la zorra que si no la doy un güevito me tumba el arbolito, y
viene tos los días a verme, y ya no me queda más que uno.
–Pos mira, la vas a decir
que segurones y fuerzas de hombres
son los que tumban las encinas,
y no con rabotazos
de zorras concubinas.
De modo que, cuando vino la zorra a por el último güevo, eso fue lo que
contestó la picaciña. Y dice la zorra:
–¿Y quién te ha dicho eso?
Dice:
–Mí  compadre alcaraván.
De modo que la zorra fue en busca del alcaraván, dice:
–Pues ahora te vas a enterar por decirla eso a la picaciña, ahora mismo te como.
Y le cogió en la boca.
 Dice el alcaraván:
–Vale, vale, no me importa que me comas; pero los alcaravanes tenemos una
particularidad, tenemos un güeso que, si no abres bien la boca cuando me vayas a
comer, se te puede clavar y te puedes hacer daño, así que tienes que decir tres veces
muy alto “alcaraván comí”.
Claro, la zorra, ignorantemente, pues dijo eso:
–¡Alcaraván comí,
alcaraván comí,
alcaraván comí!
Y entonces el alcaraván salió volando, y dice:
–A otro, a otro,
pero no a mí.

Narrado por Juan Vaquero Moreno, 71 años, y por su hija Pilar Vaquero, 35 años
Torrecillas de la Tiesa (Cáceres), 17 de abril de 1999







                              "Te he dicho miles de veces que no enredes con las raposas"




domingo, 18 de agosto de 2013

Duende



La primera vez que vi este insecto no supe exactamente donde clasificarlo. No era una mariposa, tampoco una libélula...

El Duende Nemoptera bipennis  es un insecto  de la familia nempteridae   o alas de cuchara y del orden de los neuropteros (nervios en las alas) y  que se distribuye por España, Portugal y Francia...


Estas fotos las realicé en la Sierra de Gredos durante uno de mis paseos matutinos. Como no llevaba objetivo "macro" las hice con el 24-105 de Canon. 





 

viernes, 16 de agosto de 2013

Mal genio

    Nos metimos en el "aguardo" al atardecer y esperamos que llegasen. No tardaron en aparecer y ofrecernos el espectáculo del lid.













lunes, 12 de agosto de 2013

Milvus

   Cuentan los cronistas de Ergos, que durante el reinado del  mágico rey  Erus, la prosperidad y el bienestar inundaban sus tierras.  

   El hechicero llamado Milvus llegó a Ergos durante  el sexto menguante de la luna de  Arion,  procedía de un lugar lejano y  como conocedor de otras tierras y costumbres ofreció sus servicios como asesor de la corona a cambio de un pequeño salario.

   La extraña enfermedad que debilitó al rey seis meses después hizo que muchas de las decisiones de la casa real  fueran tomadas por Milvus;  a partir de entonces el bienestar del reino fue menguando  junto con la salud del rey.

   Durante dos largos años  el hechicero  esquilmó las fértiles tierras de Ergos  y acaparó las riquezas del pueblo.

   En el primer solsticio del tercer año el rey hizo llamar al herrero, sin que el hechicero se enterase  le entregó una pequeña pieza que adornaba la corona y  ordenó fundirla para  convertirla  en una figura con forma de ave.


   Dos días después Milvus fue llamado a los aposentos del rey…

  - Mi enfermedad no mejora –dijo Erus- deberás continuar  haciéndote cargo  de las decisiones  y quiero que lleves esto para que todo el mundo sepa que es mi deseo que así sea.



   Los cronistas no terminan de aclarar que es lo que ocurrió en el momento en que  el hechicero  cogió la dorada ave. Dicen que  un fino rayo de sol entro por la ventana, reflejo en la figura y penetró en los ojos de Milvus; cuando el haz de luz desapareció  un milano negro se alejó por la ventana.



   Poco a poco el rey fue recuperando la salud y sus tierras volvieron a prosperar, pero sobre ellos siempre estaba la sombra oscura del milano.

   En las mañanas de verano el rey sale a su balcón y  no puede dejar de maravillarse del vuelo de aquel oscuro pájaro, de las piruetas,  de los  picados  y de las acrobacias entre la gente para conseguir un pequeño bocado.  Y a veces  se pregunta si aquel último encantamiento que convirtió en milano al hechicero fue un castigo… o una bendición.